Al calor de la charla
Desayunar un domingo con una amiga de la infancia, la adolescencia...vamos, de toda la vida, hablando sin parar desde el minuto 1, poniéndonos al tanto de nuestras vidas al calor del inagotable café, es de esos momentos que para mí, ¡no tienen precio!
Y es justo eso lo que viví el día de ayer con la siempre sonriente Ana Paulina (quienes la conocen, saben a lo que me refiero). Recordamos viejos tiempos donde las charlas simplemente eran interminables, donde el futuro parecía incierto pero fascinante y la vida estaba llena de bromas, muchas risas simples e ilusión.
Ahora, que estamos viviendo el que considerábamos "el futuro", vemos la rapidez del tiempo y reafirmamos las buenas decisiones tomadas...y sobre todo, comparto cómo ella está a punto de cambiar de capítulo en su vida. ¡Sí, Ana Paulina se casa!
Así que el desayuno se centró en los mil detalles de la boda y sus planes futuros y yo, no podía dejar de imaginarme ese momento en el que llegará al altar del brazo de su hermano (ya lo he dicho, soy una cursi empedernida) ella radiante, con su inagotable sonrisa mezclada con emoción, vestida de novia.
Hablamos desde el menú hasta la torna boda, del viaje de novios hasta su vida futura en la que será su nueva ciudad, de los invitados y la música, bueno, una charla llena de detalles digna del acontecimiento.
Y todo alrededor del flamante mollete (es este pedazo de pan, cubierto con frijoles y queso derretido, con tomate, cebolla, cilantro, pimiento verde y mucha salsa) que ella se preparó como debe de ser.
¡Esa sí que es una manera de crear nuevos y deliciosos momentos!
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Sunday breakfast with a childhood, adolescence, well...all-life friend, talking non-stop from minute 1, catching up with an endless coffee, is one of those moments that I consider priceless!
And it's just that what I experienced yesterday with the always smiling Ana Paulina (those who know her, know what I mean). We remembered old days where the talks were simply endless, where the future seemed uncertain but exciting and life was full of jokes, lots of laughter and simple excitement.
Now, when we are living the "future", we see how quickly time went by and reaffirm the good decisions we made...and above all, I'm glad to witness that she is about to change chapter in her life. Yes, Ana Paulina is getting married!
So, naturally, that breakfast was focused on the thousand details of the wedding and their future plans and I could not help but imagine the moment when she arrives radiant at the altar on the arm of her brother (as I said, I'm an inveterate cheesy), with her endless smile mixed with emotion, wearing her wedding dress.
We spoke about all, from the menu to the honeymoon, the guests and the music, and well, it was a conversation full of details of the event.
And all this around the classic "mollete" (this piece of bread, topped with beans and melted cheese, tomato, onion, cilantro, green pepper and lots of salsa) that she prepared just the way it should be.
That really is a way to create new and delicious moments!
Y es justo eso lo que viví el día de ayer con la siempre sonriente Ana Paulina (quienes la conocen, saben a lo que me refiero). Recordamos viejos tiempos donde las charlas simplemente eran interminables, donde el futuro parecía incierto pero fascinante y la vida estaba llena de bromas, muchas risas simples e ilusión.
Ahora, que estamos viviendo el que considerábamos "el futuro", vemos la rapidez del tiempo y reafirmamos las buenas decisiones tomadas...y sobre todo, comparto cómo ella está a punto de cambiar de capítulo en su vida. ¡Sí, Ana Paulina se casa!
Así que el desayuno se centró en los mil detalles de la boda y sus planes futuros y yo, no podía dejar de imaginarme ese momento en el que llegará al altar del brazo de su hermano (ya lo he dicho, soy una cursi empedernida) ella radiante, con su inagotable sonrisa mezclada con emoción, vestida de novia.
Hablamos desde el menú hasta la torna boda, del viaje de novios hasta su vida futura en la que será su nueva ciudad, de los invitados y la música, bueno, una charla llena de detalles digna del acontecimiento.
Y todo alrededor del flamante mollete (es este pedazo de pan, cubierto con frijoles y queso derretido, con tomate, cebolla, cilantro, pimiento verde y mucha salsa) que ella se preparó como debe de ser.
¡Esa sí que es una manera de crear nuevos y deliciosos momentos!
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Sunday breakfast with a childhood, adolescence, well...all-life friend, talking non-stop from minute 1, catching up with an endless coffee, is one of those moments that I consider priceless!
And it's just that what I experienced yesterday with the always smiling Ana Paulina (those who know her, know what I mean). We remembered old days where the talks were simply endless, where the future seemed uncertain but exciting and life was full of jokes, lots of laughter and simple excitement.
Now, when we are living the "future", we see how quickly time went by and reaffirm the good decisions we made...and above all, I'm glad to witness that she is about to change chapter in her life. Yes, Ana Paulina is getting married!
So, naturally, that breakfast was focused on the thousand details of the wedding and their future plans and I could not help but imagine the moment when she arrives radiant at the altar on the arm of her brother (as I said, I'm an inveterate cheesy), with her endless smile mixed with emotion, wearing her wedding dress.
We spoke about all, from the menu to the honeymoon, the guests and the music, and well, it was a conversation full of details of the event.
And all this around the classic "mollete" (this piece of bread, topped with beans and melted cheese, tomato, onion, cilantro, green pepper and lots of salsa) that she prepared just the way it should be.
That really is a way to create new and delicious moments!
Así es, que mejor que acompañar la charla con una rica comida. Y pues felicidades a Ana Paulina.
ResponderEliminarRico rico...momento. :-)
ResponderEliminarSí, muy rico momento acompañado de rica comida.
ResponderEliminarGracias por pasarse por aquí, Edgar y MMM.
Un abrazo