Milano (seconda parte)
Como lo prometido es deuda, he aquí la continuación del viaje a Milán, sobre todo, en honor a Ricardo, un amigo que está a punto de mudarse ahí.
Remontémonos al momento del viaje, septiembre del 2011, viernes por la noche y una temperatura agradable, fresco como para una pashmina pero cálida como para usar sandalias (22°C quizás).
Después de ver el famoso Duomo, la siguiente parada fue la Galleria Vittorio Emmanuelle, espléndida, punto de reunión de locales y turistas, llena de restaurantes, tiendas de diseñador (¿cómo es que siempre voy a dar ahí?), y en particular, lugar donde se encuentra el mosaico del famoso toro, en el cual, siguiendo las especificaciones de mi amiga Ana Patricia, hay que dar 4 vueltas con el talón sobre las partes nobles del animal (de hecho ya hay un tremendo hoyo ahí) y girar sobre uno mismo, pidiendo un deseo, el cual se supone se concederá y además, así, uno volverá a Milán.
Ya era tarde, alrededor de las 10pm. A esas alturas de la noche, en Europa, sin reserva en ningún lugar, es casi imposible encontrar algo bueno para cenar (recomiendo siempre hacer reserva, para evitar terminar en cualquier lugar cercano a una estación y si no se conoce alguno, buscarlo alrededor de las 6pm). Pero para nuestra sorpresa, caminamos un poco por ahí y nos encontramos con una callecita escondida, donde en la esquina está el llamado Caffé Victoria y a unos cuantos pasos el restaurante del mismo nombre. Entramos un tanto escépticos, y yo, haciendo uso de mi recién desempolvado italiano, pedí una mesa.
Nos dieron una magnífica. ¡Vaya sorpresa! Simplemente inmejorable. Uf, qué alivio... a partir de ahí, sólo a disfrutar. Naturalmente, a esas horas, el hambre era tremenda y como es de imaginarse, todo, absolutamente todo se me antojaba: pizza, pasta, pescado. Por fin me decidí...
La comida deliciosa y la relación calidad-precio muy buena (25€ por persona). Debo decir que se agradece ampliamente ser recibido y tratado con amabilidad y aún más, una sonrisa, cosa poco habitual en lugares turísticos europeos.
Después de esto, un delicioso paseo en coche para "reconocer la ciudad". Ya era muy tarde, y después del viaje en carretera lo único que apetecía era dormir y retomar energía para la siguiente jornada milanesa.
¡De estos viernes, no me importaría tener muchos más!
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As promised, here is the continuation of the journey to Milan, especially in honor of Richard, a friend who is about to move there. Let's go back to the time of the trip, September 2011, friday night and nice weather, cool enough for a pashmina but warm enough to wear sandals (22°C maybe).
After seeing the famous Duomo, the next stop was the Galleria Vittorio Emmanuelle, splendid, a meeting place for locals and tourists, full of restaurants, designer shops (how is that I end up going there?), and particularlly, where the famous bull mosaic is, in which, following the specifications of my friend Ana Patricia, you have to make 4 turns with the heel on the noble parts of the animal (in fact there is already a huge hole there) and turn on yourself, making a wish, which is supposed to be granted and also you will return to Milan. It was late, around 10pm. At that time of night, in Europe, without reservation anywhere, it is almost impossible to find something good for dinner (I always recommend making reservations, to avoid ending up anywhere near a station and if you do not know any, look around 6pm).
But to our surprise, we walked around a bit and we found a hidden side street, where the Caffé Victoria is placed and a few steps from there the restaurant of the same name. We got in there a little skeptical, and I, using my newly dusted Italian, asked for a table.We had a great one. What a surprise! Simply unbeatable. Phew, what a relief ... from there, just enjoy.
Naturally, at that time, hunger was tremendous and as you might imagine, everything, everything seemed to me delicious to order: pizza, pasta, fish. I finally decided ...The food was delicious and value for money very good (25€ per person).
I must give largely thanks for being received and treated with kindness and even more, smiling, something rare in European tourist cities.
After this, a delightful drive walk to "recognize the city." It was late, and after the road trip all we wanted was to sleep and regain energy for the next day in Milan.
A sort of friday like this, I do not mind having more!
Remontémonos al momento del viaje, septiembre del 2011, viernes por la noche y una temperatura agradable, fresco como para una pashmina pero cálida como para usar sandalias (22°C quizás).
Después de ver el famoso Duomo, la siguiente parada fue la Galleria Vittorio Emmanuelle, espléndida, punto de reunión de locales y turistas, llena de restaurantes, tiendas de diseñador (¿cómo es que siempre voy a dar ahí?), y en particular, lugar donde se encuentra el mosaico del famoso toro, en el cual, siguiendo las especificaciones de mi amiga Ana Patricia, hay que dar 4 vueltas con el talón sobre las partes nobles del animal (de hecho ya hay un tremendo hoyo ahí) y girar sobre uno mismo, pidiendo un deseo, el cual se supone se concederá y además, así, uno volverá a Milán.
El mosaico del Toro de Turín |
Y yo, a punto de cumplir la tradición, vista por esa "multitud" :P |
Nos dieron una magnífica. ¡Vaya sorpresa! Simplemente inmejorable. Uf, qué alivio... a partir de ahí, sólo a disfrutar. Naturalmente, a esas horas, el hambre era tremenda y como es de imaginarse, todo, absolutamente todo se me antojaba: pizza, pasta, pescado. Por fin me decidí...
Para empezar, un risotto de camarones |
Para continuar, salmón con verduras |
Y para terminar, ¡mousse de limón con frambuesa! |
La comida deliciosa y la relación calidad-precio muy buena (25€ por persona). Debo decir que se agradece ampliamente ser recibido y tratado con amabilidad y aún más, una sonrisa, cosa poco habitual en lugares turísticos europeos.
Después de esto, un delicioso paseo en coche para "reconocer la ciudad". Ya era muy tarde, y después del viaje en carretera lo único que apetecía era dormir y retomar energía para la siguiente jornada milanesa.
¡De estos viernes, no me importaría tener muchos más!
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As promised, here is the continuation of the journey to Milan, especially in honor of Richard, a friend who is about to move there. Let's go back to the time of the trip, September 2011, friday night and nice weather, cool enough for a pashmina but warm enough to wear sandals (22°C maybe).
After seeing the famous Duomo, the next stop was the Galleria Vittorio Emmanuelle, splendid, a meeting place for locals and tourists, full of restaurants, designer shops (how is that I end up going there?), and particularlly, where the famous bull mosaic is, in which, following the specifications of my friend Ana Patricia, you have to make 4 turns with the heel on the noble parts of the animal (in fact there is already a huge hole there) and turn on yourself, making a wish, which is supposed to be granted and also you will return to Milan. It was late, around 10pm. At that time of night, in Europe, without reservation anywhere, it is almost impossible to find something good for dinner (I always recommend making reservations, to avoid ending up anywhere near a station and if you do not know any, look around 6pm).
But to our surprise, we walked around a bit and we found a hidden side street, where the Caffé Victoria is placed and a few steps from there the restaurant of the same name. We got in there a little skeptical, and I, using my newly dusted Italian, asked for a table.We had a great one. What a surprise! Simply unbeatable. Phew, what a relief ... from there, just enjoy.
Naturally, at that time, hunger was tremendous and as you might imagine, everything, everything seemed to me delicious to order: pizza, pasta, fish. I finally decided ...The food was delicious and value for money very good (25€ per person).
I must give largely thanks for being received and treated with kindness and even more, smiling, something rare in European tourist cities.
After this, a delightful drive walk to "recognize the city." It was late, and after the road trip all we wanted was to sleep and regain energy for the next day in Milan.
A sort of friday like this, I do not mind having more!
Quieeeeeero!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarPor cierto, que guapa bloguera.
Hey chica, tú sí que sabes ;-)
ResponderEliminarMe encanto tu post. Te quiero de compañera de viajes.
ahora si me antojaste eeeeeeeeeeeee sobre todo el risotto, q ese risotto si se ve delicioso, y la bebida mmmm q rica se ve y las partes del toro mas bien ya pisan las partes del mismisimo satanas jajaja ese hoyo ya debe llegar hasta el inframundo, no me canso de felicitarte lucy, porq me encanta leerte y no te sonrojes eeeeeee.
ResponderEliminarMuy bonitos lugares. Como siempre disfruté mucho leyendo de tus experiencias cuentanos sobre todo lo que hiciste ese viaje.
ResponderEliminarMuchos saludos desde Sudamérica.
Gracias a cada uno.
ResponderEliminarDisfruto mucho leyendo sus comentarios. Miren, me animé a poner una foto mía. Pondré más eventualmente.
Y sí, la cena no decepcionó, deliciosa.
ResponderEliminarMuchos saludos a Sudamérica y a todos los que se dan una vuelta por aquí.
:)
Un lugar más a mi lista de ciudades europeas pendientes por visitar. Y coincido con "anónimo", serías excelente compañera de viaje.
ResponderEliminarEdgar, qué lindo.
ResponderEliminarSí, vale la pena ir. Aún falta la tercera parte de este viaje.
Stay tuned!! ;)