Quinta Real Oaxaca: el hotel que es un convento
O el convento que ahora es hotel. Así es, esta joya
histórica de Oaxaca (ay ay ay, de esa ciudad tan hermosa que hace respirar a México
en su estado más auténtico) fue originalmente un convento en la época de la
Nueva España. Posteriormente, con las Leyes de Reforma, perdió su carácter religioso
y con los años, se convirtió en el primer ex-convento de México convertido en
hotel. Orgullosamente en su fachada ostenta una placa que describe su historia. Ubicado en pleno centro de Oaxaca y a 30 minutos del aeropuerto Benito Juárez.
Qué lugar, señores. Desde la entrada, se percibe su
autenticidad. Bellísimos jarrones de barro negro flanquean el lobby, muros
gruesos (de esos que ya no se ven en las construcciones actuales) que denotan
ser testigos de otra época. Ya al cruzar el primer umbral, un patio central, tan
característico de años pasados, muestra con espectacularidad y orgullo una
vegetación caprichosamente abundante y sí, acomodada. El desayuno en una de las
mesas aledañas es un lujo, de esos que respaldan cada una de las estrellas del
hotel. No un lujo convencional (como pantuflas o jabones de Salvatore Ferragamo
en el baño), sino de esos que la naturaleza da y que sólo son posibles en
ciertos climas, ciertos suelos, ciertos lugares…como Oaxaca. Y qué decir de la
cocina, donde el menú presenta platillos regionales cuidados y de calidad. Por
supuesto, había chapulines. No los probé, a pesar de los ánimos de mis amigos.
Las habitaciones son bellas, algunas con un toque especial
de su primer uso. Por ejemplo, en la que me quedé la ventana tenía un par de
asientos de piedra que según sé, servían a las monjas para sentarse ahí a
rezar.
Escaleras suntuosas, vistas escondidas, muros con vestigios y más jardines.
De repente, una gran puerta de madera nos invita a pasar al
punto central de esa construcción, el otrora templo. Qué ganas de tener una
celebración ahí. Un espacio solemne, místico y hermoso que se antoja locación
de película. Pequeñísimos candelabros colgaban modernamente en ese momento. Y
es que ese fin de semana un grupo de Monterrey llegaba a celebrar una boda ahí.
Desde ese sitio se pasa a la alberca, ese espacio vital de
reunión donde pocas veces hace las veces para la que fue creada, resalta entre
arcos y piedras por su forma tan moderna. Ahí lo que toca es tumbarse a
disfrutar del sol, beber un mezcalini del Bar “Las Novicias” y regocijarse con
la compañía.
Una celebración a las tradiciones, a la cultura, al lujo, a
México.
Muy recomendable. ¿Han estado ahí? ¿Qué tipo de hoteles les
gustan?
Y con esta descripción, les deseo un buen fin de semana.
Quinta Real Oaxaca: http://www.quintareal.com/oaxaca/oaxaca/oax-ubicacion/atractivos-oaxaca
wuau se apetece ir a conocerlo esta super bonito Lucy se nota que buscas lo mejor de cada lugar al que vas.
ResponderEliminarEs muy bonito, ¿verdad? Me alegro que a través de las fotos se haya transmitido mi alegría.
EliminarGracias por tu comentario, LTG.
HERMOSO.DAN GANAS DE METERSE EN ESA ALBERCA REFRESCANTE Y DE CONOCER MAS EL PAIS.
ResponderEliminarUf, sí, mil ganas de refrescarse con este calorcito. Y efectivamente, dan ganas de conocer más y más de México. Es fascinante.
EliminarMil gracias por tu comentario, Lorena.
Mmm... Increíble lugar... :)
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