Voyage en capital


Recientemente estuve en París, en la bella ciudad luz y entre otras cosas (de las cuales hablaré en otro post), acudí de forma no planeada pero sí deseada a la exposición que acoge el Museo Carnavalet (consagrado a la historia de París y sus habitantes) dedicada a la gran casa creativa Louis Vuitton.

Es una muestra muy recomendable, incluso para quienes no son particularmente sensibles a esta marca. Es sobre todo, atractiva para todos los amantes de los viajes, para todos aquéllos que tienen ya práctica en hacer una maleta o incluso, para quienes no saben cómo hacerla y siempre terminan llevando peso extra (claro, con el pretexto del "por si acaso").

La exposición está muy bien trabajada, con unas 230 piezas históricas de la emblemática casa (entre cuadros, dibujos, mapas, fotografías, affiches publicitarios de la época, objetos personales de los miembros de la familia, maquetas y demás), que lleva al espectador a un auténtico viaje por la historia de Louis Vuitton.

Se divide en dos temáticas principales:

- El savoir-faire tan representativo de los franceses y en este caso, tan representativo de la técnica que da lugar al perfeccionismo de los baúles. Me gustó mucho cómo a lo largo de la existencia de la marca dichos baúles eran completamente adaptados a las necesidades de la época. Por ejemplo, se muestra uno capaz de convertirse en cama, otro con la capacidad de guardar un par de zapatos, 10 camisas, 10 calzones, un sombrero, 3 pantalones y algunos otros artículos necesarios, todo esto sin que el baúl pesara más de 29 kilos (¡qué visionarios eran! Actualmente, no se puede llevar más de 30 kilos de equipaje en un viaje aéreo).

- Las colaboraciones con distintos personajes célebres (actores, cantantes, pintores...), como Jeanne Lanvin en su momento y Sophia Coppola en la actualidad.

Así pues, es una exposición de la cual salí (además de un deseo impotente de hacerme en algún momento de mi vida de un baúl de esos) con una gran admiración hacia Louis Vuitton por varios motivos. Uno, por su destacada permanencia en el tiempo; dos,  por su esencia y su misión creativa resguardadas y respetadas hasta ahora, tres, por cómo ha sabido reinventarse y evolucionar al mismo tiempo a través de más de un siglo de existencia y cuatro, porque Louis Vuitton mismo no era un diseñador, si no un técnico fabricante de marroquinería.

Una marca que es líder indiscutible, desde siempre imitada, pero verdaderamente nunca igualada gracias a todo el proceso técnico que tiene en cada una de sus piezas.

Hasta el 27 de febrero.

Bon voyage!

P.D. No he puesto fotos de la exposición, porque como es habitual, están prohibidas.  :(

Comentarios

  1. ES que cómo le haces, estás donde hay que estar.
    Yo no sé si algún día conoceré esos lugares, pero si no, ya me di una idea gracias a tu blog.
    Sigue viajando que yo viajo contigo!

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  2. ¡Gracias por sus comentarios! :)
    Ha tenido razón de ser este post.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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